Una vez dentro, descubrimos que se trata de una fiesta de lo más casposa… Más que una fiesta VIP parece un guateque de los 60´s… ¡Hasta está sonando Rafaella Carrá! Miras alrededor y ves al fondo, unas escaleras que dan acceso a la zona VIP, donde un enorme grupo de personas con clase disfrutan charlando y bebiendo cóckteles que aquí abajo no se ven… ¡Sin duda, allí está lo bueno! Salvando que hay un gorila custodiando el acceso de las escaleras… Habrá que investigar por aquí abajo entre el populacho…

Pero.. ¿Por dónde empezar? Imagino que comenzar con buen Gintonic estará bien…

Nos acercamos a la barra y, esperando para pedir un gintonic, escuchamos al personal de barra hablar de lo saturados que están con la fiesta. Al parecer, un camarero les había fallado y, ante el cúmulo de trabajo, le estaban pidiendo al superior que buscase a alguien de refuerzo para atender en las mesas.

Un Gintonic, Please

Bebiendo ese fantástico Gintonic de marca blanca, recuerdas las botellas «premium» que viste en la zona VIP y se te ocurre una gran idea: «Si te ofrecieses de camarero de mesas, podrías subir a la zona VIP, cotillear qué se cuece por allí y, ¿quién sabe? quizá beber una copa que no sepa a veneno»

Dicho ésto, te levantas del taburete y decides interrumpir al personal en su debate sobre la falta de personal para ofrecerte como camarero de eventos experimentado.

Al personal le encanta la idea, pero el encargado, te mira receloso y decide hacerte una prueba en la barra para ver cómo te manejas mezclando los cócteles de la estantería y con la caja registradora…. ¿Pero no era para servir mesas? A él le da igual… ¿Accedes?