Llegamos a la zona de recepción de mercancías y una amable señorita nos indica que necesitamos introducir el código del contenedor para poder abrirlo. El problema es que no sabemos qué código es el que necesitamos… ¿Cómo es posible haber llegado hasta aquí y ahora no saber cómo abrirlo?
Ante esta situación tan desquiciante, nos sentamos en los bancos de espera y observamos la sala… Gente caminando para arriba y para abajo, agentes controlando los accesos y las aduanas, una máquina de bebidas y un mapa del mundo. ¡Qué interesante! Ya que no sabemos qué numero necesitamos, quizá podamos plantearnos sacar un billete a algún destino y viajar lejos cuando el caso se cierre, ¿no te parece una buena idea?